jueves, 2 de septiembre de 2010

Una nueva vida (3 de 4)

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01/07/10

Esta noche casi no he podido dormir. La tremenda excitación que no he podido sofocar no me lo ha permitido. La inmensa felicidad de sentirme su adorador, tampoco. He ido al despacho y le he escrito tres cartas. La primera se la he dejado en la mesita de noche.

A las siete de la mañana yo estaba en la cocina arreglando cosas y haciendo los preparativos para el desayuno. Ella se ha levantado y lo primero que me ha dicho es que no tenía que matarme tanto. Como siempre que dice esto le contesto que no es molestia sino todo lo contrario.

Por cierto para remarcarlo más le doy las gracias cada vez que me pide algo o cuando me negó el orgasmo. Me contesta que sí, hombre, encima me das las gracias.

Bueno, ella se ha ido a la cama a seguir durmiendo. Una hora después y diez minutos antes que sonara el despertador, me he puesto con ella en la cama. Me ha proporcionado mi orgasmo. Qué buena es.

Le he servido el desayuno, se ha ido al trabajo y yo me he quedado fregando la casa en mi uniforme.

Obviamente al llegar tenía la comida hecha y todo lo que me ha dado tiempo.

Por la tarde después de la siesta he recogido la ropa, la he dejado encima de la cama y he empezado a plegarla con mi uniforme puesto. Ella ha entrado y se ha sentado en la cama a mirarme y a ayudarme un poco. Le he ido preguntando donde va cada una de sus cosas en sus cajones, porque a estas alturas no lo tengo muy claro aún. Me ha comentado que esos cajones habría que ordenarlos un día.

Me he puesto a ordenar los cajones. La he mirado a los ojos con una sonrisa y le he dicho.

-¿Ves?, sólo había que desearlo.

He ido a jugar al tenis y al llegar estaba hablando con su hermana por teléfono. Me ha preguntado cómo he había ido y le he dicho la verdad, que mejor que nunca. Hoy he jugado un partido magnífico para lo que hago habitualmente. Me ha dicho que eso es porque ahora con el juego estoy más relajado. Obviamente su hermana le habrá preguntado que es eso del juego. Ella le ha dicho que no... que lo que pasa es que ahora él está jugando a ser muy amable conmigo.

Lo cierto es que el corazón me ha dado un vuelco al oír todo lo que estaba diciendo. Me encanta que quiera irlo comentando con sus hermanas. Aunque no esperaba que lo hiciera ya hoy mismo.

Por la noche no ha querido sexo. Me he reído un poco, porque debe ser la primera vez que no quiere sexo cuando se lo ofrezco, ella siempre ha tenido mucho más deseo que yo. Hemos hecho mucha broma con el tema y nos hemos reído un rato. Una sesión de carícias sí que no podía faltar.

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