jueves, 18 de diciembre de 2008

Dulces deberes

.


Ante su amada, un amante ha de mostrarse también versado en todo, moderado y ordenado en sus costumbres y en manera alguna ha de herir su ánimo con acciones inoportunas. Tiene obligación también de atender a las necesidades de su amada, compartiendo sus sufrimientos y cumpliendo sus justos deseos. Y aun cuando su deseo sea menos justo, también ha de estar dispuesto a satisfacerlo, no sin antes advertirla sobre esto. Y si, inadvertidamente, ha hecho algo inconveniente que moleste a su dama, lleno de vergüenza, confesará haber obrado mal y se excusará de haber provocado su ira o presentará alguna otra razón que pueda justificar su acción.

Libro del amor cortés, “Cómo conservar el amor ya conseguido”.
Andreas Capellanus, siglo XII.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estoy embelesada leyendo el blog... ¿tu chico no tendrá un hermano? ;)