La clase se queda pensativa ante la pregunta de la profesora. Ésta taconea impaciente, y eso le recuerda lo bien que le quedan las botas de cuero sintético que le compró su marido. Se cruza de brazos y comienza a pasear por la clase, dejando discurrir a los chicos, inmersa en el rítmico sonido de sus tacones; algún chico se queda absorto mirándola, hinoptizado, contemplando su inalcanzable poder de mujer madura: la promesa del futuro.
- Adorar es un verbo que engloba muchas cosas –acierta a decir uno, que hasta entonces no había hablado, y creo que se tiene que adaptar a lo que la mujer requiera; lo que para unas puede serlo, para otras no, y lo importante es que la mujer esté satisfecha.
- Para mí -dice la chica que está a su lado, es algo muy claro: yo lo encuadraría en servicios íntimos: dar masajes, lavar el pelo, hacer la pedicura y la manicura; debería saber hasta maquillarme, que a veces me da una pereza...
- Ambos habéis dado la respuesta correcta –dice la profesora. El hombre ha de estar pendiente de los deseos de la mujer, es su función primordial, y la mujer tiene que conocer sus propios deseos, profundizar en ellos y desarrollarlos. Para ti, adorarte significa lo que has dicho; para otra mujer, quizás sea llegar a casa y encontrarlo todo limpio y en orden; puede que para una tercera mujer sea que su hombre cuide su cuerpo para que ella disfrute de él... La adoración a la mujer es una copa, que cada mujer llena con la bebida de sus propios deseos.
- Vaya, yo también quiero todo eso –dice la chica. ¿Tú estarías dispuesto?, le pregunta al chico.
- Y a más. Con tal de complacerte, lo que sea.
Un aplauso espontáneo arranca de las chicas de la clase. El chico se pone colorado; los demás, le miran con envidia.
- Entonces, la lista puede ser interminable... –dice otra chica- ¿Hasta qué punto podemos exigir ser adoradas?
- Eso lo marca el sentido común, querida. No se trata de tenerlo todo, si no de tener lo mejor. Dominar es una responsabilidad, aún en el capricho, y tenéis que acostumbraros a ejercer esa potestad con sensatez y naturalidad.
La clase asiente; algunos toman notas. La profesora sonríe satisfecha. Éste parece ser un buen grupo; está deseando que transcurra rápido el primer trimestre y pasar a las prácticas: seguro que van a ser muy interesantes.
(Puedes leer aquí Clase de hogar/1)
2 comentarios:
Me ha gustado mucho perderme por su blog muy acogedor reciba un cordial saludo.
felices fiestas
Hola, he leído vuestro relato en el blog de Claudie (La ultima Cereza) y me ha gustado mucho, así que me he pasado por aquí para daros las gracias por el relato y animaros a que sigáis escribiendo.
Muchas gracias y un saludo,
j.
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