domingo, 19 de abril de 2009

Creatividad

.

Hundo la brocha dentro de la mezcla. El olor es suave y agradable. También opto por utilizar una delgada ramita. El otro día pasé por un parque y vi un montón de ellas tiradas por el suelo; pensé que me serían de gran ayuda. Para los detalles más minúsculos y exquisitos usaré palillitos de dientes. Cuanto más cantidad de líquido logre transformar con pictórica maña, más se apreciará la obra pasados los minutos.

Tengo varios modelos de motivos geométricos y vegetales, pero creo que al final optaré por rudimentarias fusiones.

Al son de mis sencillos utensilios de trabajo, mi adorador se relaja y excita intercaladamente. Por unos instantes, intento adquirir un rol de ancestral artesana que trabaja los secretos del arte y de la piel. El pulso me traiciona en ocasiones y con un trozo de papel intento borrar de la memoria del pene mis errores. Las curvaturas son ejecutadas con pequeños puntos, con rápidos ejercicios de muñeca intento plasmar largas líneas semi-rectas que lleguen hasta el glande: una serpiente, enredaderas florales, caracolas, lunares...

Satisfecha mi inspiración, hay que esperar a que la henna se seque. Sólo cuando esté cuarteada, será el momento de rasparla y retirarla. Mientras tanto, colmo de dulces besos la boca de mi adorador. Nuestras lenguas juguetean incansablemente viendo pasar el tiempo.

Las pieles son un entramado de caprichos y secretos: no todas aceptan el color de la natural composición y por supuesto no sé si en la piel genital se vislumbrará tanto como en la de los brazos o las manos. Estoy dispuesta a descubrirlo. Mi sexo se lo merece; es belleza y poesía, tan sólo las cosas más preciosas y refinadas tienen relación con él, entre ellas: yo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Precioso redactado de post y preciosa idea.

Saludos
I