jueves, 25 de septiembre de 2008

Yo soy la flor

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Cuando ella llega del trabajo, busca en vano un ramo de flores. El jarrón siempre está lleno de aire indiferente. Y sin embargo, sonríe.

Deja el bolso en la entrada, se descalza y se tumba en el sofá. Pronto, un zumo de naranja moja sus labios, y unos dedos sabios recorren sus pies. Sonríe, porque es mejor ser la flor que tener flores.

La conversación es fluida, las palabras se derraman sobre la tarde. El placer la riega, el cariño le abona: ella es el jardín. Vuelve a sonreír.

Porque es mejor tener al jardinero que tener flores.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Hay muchas formas de practicar la dominación femenina, y la vuestra me encanta (he leido buena parte del blog), ¡enohorabuena!.