miércoles, 26 de noviembre de 2008

Lacística: lazo violeta

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El tiempo puede pasar muy despacio bajo la influencia del color morado: lenta y gustosamente.

¿Por qué elegí este color para simbolizar la abstinencia? Cuando se ve a curas, obispos, cardenales y demás representantes de la iglesia católica vestidos con sus túnicas, siempre se puede vislumbrar algún rastro purpúreo en ellas.

Son varias las creencias religiosas que pregonan la abstinencia como característica fundamental de un buen fiel y la católica es una de ellas.

Si sumo un adorador casto a una dama viciosilla y sedienta de hombre, por resultado obtenemos una explosiva combinación morbosa. Ya lo dice la ciencia: los polos opuestos se atraen.

Aunque yo, prefiero radicalizar el concepto y a la vez, acoplarlo un poco a mis intereses: Castidad temporal. ¿No os pone más mujeres?

Ato el raso en cualquier momento; puede que él esté tirado en el sofá, preparando la comida, limpiando el baño o hablando por el móvil. No importa, la operación es rápida y precisa; bajo sus pantalones, luego su ropa interior, desato la tira que tiene en ese momento (o no) y ato la morada. El protagonismo a partir de ese momento, lo tiene él; yo me convierto en la espectadora que disfruta de la película que monta. Puede tratarse de un corto o de un largometraje: eso lo decido yo.

Dentro de su papel entra el servirme y complacerme y también el no disfrutar sexualmente, o disfrutar con el no disfrute (eso lo dejo a su elección): nada de prácticas sexuales.

Me encanta el poder masturbarme de todas las formas imaginables mientras él me observa sin tener opción a tocarse o cuando me practica sexo oral estimulando estrictamente mi clítoris con su lengua (nada de vulva), con los ojos bien abiertos.
Para esta ocasión, también son muy recurrentes los consoladores que se ajustan a la cabeza y que imprimen placer con el movimiento de ésta. Es una forma de satisfacer visualmente a mi adorador, ya que no podrá hacerlo de ningún otro modo hasta que yo dictamine lo contrario.

Además, elimino los pequeños caprichos asociados a su cuerpo (masturbación con los pies, repasarle con mi lengua...,etc.) porque en esta fase me interesa que así sea en detrimento del gran capricho que supone verle en el estado de abstención.

Que alguien te desee rijosa y locamente y que no pueda tocarte ni acceder a ti mientras tú no paras de provocarle con coquetería, erotismo y conductas sexualmente declaradas es, sin duda alguna, divertido a la vez que excitante. Diversión y excitación son los dos ingredientes indispensables del cocktail del poder femenino proyectado al hombre.

El lazo morado se complementa muy bien con el mostaza, al cual hice referencia en la entrada “Lacística: el regalo”. Desatar el morado para anudar el mostaza implica inaugurar una nueva fase de actividad sexual para mi adorador con una masturbación ritualizada y ejecutada por mí y que tiene un interés especial ;-).

Me encanta jugar...¿tú juegas?.

1 comentario:

Reina Oscura dijo...

Nunca lo había asociado con la iglesia será por eso que me gusta tanto el color violeta?

Saludos

URSULA