miércoles, 22 de octubre de 2008

Espejo de verano

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Cuando ella se desvestía, lo hacía con cuidado de que no pudiera verle; en el mundo de su capricho, él sólo podía desear descubrir accidentalmente, en un descuido, la fugaz visión de uno de sus pechos.

Por eso, al repasar juntos las fotografías de las vacaciones, él ambicionaba llegar a la playa, donde ella era aún una mujer desnuda.

Ahora, en el otoño tapado, entiende la exactitud de los pezones, la sonrisa de quien sabe va a ser admirada unos meses después.

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