jueves, 24 de julio de 2008

El lienzo

o


- Anda, prepárame otro. Con mucho hielo.


Cuando volvió al salón con el mojito, descubrió con sorpresa que ella había conectado la cámara y le enfocaba.

- ¿Me vas a grabar?, dijo.

- Te estoy grabando, le respondió ella. Además -añadió, divertida-, no parece que te moleste mucho.

Tenía razón; su miembro delataba su excitación. Le sirvió el mojito. Ella le indicó que se tumbara a sus pies.

La primera gota cayó en su vientre. Fue un mordisco travieso. La siguiente fue mejor dirigida, y la cera de una de las velas que había iluminado la cena, impactó en su sexo. Pronto, los pezones, los testículos y el sexo estuvieron pintados de azul. Satisfecha, dio un largo sorbo al mojito, e insatisfecha, dijo:

- Demasiado ron.

Lo derramó sobre él, y con los pies, lo distribuyó a su antojo. Su cuerpo adquirió un tono mojado, salpicado de cristalitos helados. Cuando juzgó que estaba reluciente, le metió un pie en la boca, mientras con el otro le pisaba el sexo. Ella lo grababa, en tanto que con la otra mano, perdida bajo la falda, se tocaba. Finalmente, él se corrió, y un chorro de semen adornó caprichosamente su vientre. Ella apagó la cámara y observó con perversa dulzura el juego de colores y matices que había conseguido.

- Bonito video. Lo llamaré “El lienzo obediente”.

Y primero fueron las risas, luego los besos.

2 comentarios:

Fernanda dijo...

Qué "velada" tan maravillosa...

Seguid así, me encanta este blog (y a mi chico mas)

Fernanda dijo...

Mmm corrijo, a mi me gusta mas, sobre todo si me lame los pies cuando lo leo...